El nivel de agresión por los diferentes microorganismos y su frecuencia suelen ser elevados debido a los cambios del sistema de defensa inmunitario que presentan los adultos mayores. Por lo tanto, es sumamente necesaria la realización precoz del diagnóstico y el tratamiento con el fin de disminuir el riesgo de complicaciones. Para esto, se debe seleccionar el tratamiento farmacológico adecuado; de esta manera, se podrán minimizar los efectos colaterales y de resistencia antimicrobiana. En el caso de los ancianos, hay que tener presente que las infecciones adquiridas en el hospital son más usuales y que esta realidad se incrementa por cada día de internación. Las más habituales son las que aparecen a continuación: pulmonares, urinarias y de la piel.
Factores que favorecen su aparición
Uno de los principales cambios que se da durante el envejecimiento consiste en la inmunosenescencia -es decir, la capacidad de respuesta inmune-. A medida que pasan los años, las células inmunes disminuyen en cantidad, se altera su función y en los órganos y tejidos existe una serie de alteraciones que favorece la colonización e invasión de microorganismos (Ver Tabla).
A esto se le suma la asociación de otras enfermedades denominadas comorbilidad, las cuales empeoran el pronóstico: diabetes, insuficiencia renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), deterioro cognitivo, dependencia y malnutrición, entre otras.
Forma de presentación
Aunque los síntomas de los diferentes órganos y sistemas orientan al diagnóstico de las infecciones, muchas veces están alejados del lugar en el que se produce la infección. Un factor primordial es que no todos los adultos mayores cuentan con la capacidad de presentar fiebre, y esta realidad es contraproducente porque no puede actuar como un parámetro orientador al momento de padecer una infección. Cuando este tipo de afecciones se presenta con diferentes síntomas recibe el nombre de “presentación atípica de las enfermedades en los ancianos” y en este grupo se incluyen a las caídas, la declinación funcional, y al estado confusional agudo, por ejemplo.
Diagnóstico y tratamiento
Además de presentar una expresión clínica diferente, también puede ser una paraclínica deficiente.
Es complicado realizar un diagnóstico en este grupo etario debido a que no siempre se encuentra presente el aumento de los glóbulos blancos, hasta incluso pierde especificidad un marcador sensible de infección como es la proteína C reactiva (CRP, por sus siglas en inglés). Asimismo, el ecocardiograma transtorácico y la ecografía abdominal poseen menor rendimiento en los ancianos debido a las dificultades técnicas que implican.
Por otra parte, existen cambios farmacocinéticos que incluyen alteraciones en la absorción, distribución, metabolismo y excreción de los antibióticos. El cambio más sustancial se registra a nivel de eliminación del fármaco por vía renal, por lo que es imprescindible efectuar una estimación precisa de la función renal utilizando fórmulas de cálculo adaptadas a los adultos mayores. De acuerdo a los valores hallados, se deberá ajustar la dosis del antibiótico para evitar daños secundarios.
SUAT te invita a informarte sobre esta temática de gran relevancia en los ancianos y, al mismo tiempo, te recuerda que es necesario concurrir a un especialista en el caso de mantener algún tipo de duda.
Dr. Oscar López
Médico de SUAT
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